lunes, 6 de noviembre de 2017

TESOROS ENCONTRADOS

Este verano pasado ha sido intenso... con estancia de nietos en grupo incluida. Y el día no tiene suficientes horas para llegar a todo. Pero siempre hay cosillas que hacer, además de entretener a los niños. 

Además, siempre está mi rumana alerta para encontrar los tesoros que se acumulan por las calles. Cosas que nadie quiere, pero que pueden ser MUY interesantes.


Así encontré esta bobina de cable. No es de las buenas-buenas de madera, sino de "chapaokume", pero tiene un tamaño bastante aprovechable. Así que le di un par de manos de pintura y con un poquito de "make-up", ha quedado muy chula. Y otra cosa que nos encontramos (mi rumana y yo: por cierto que le tendré que poner un nombre) fué una silla de terraza, de hierro con el asiento y el respaldo de chapita de madera trenzada. Muy fuerte y con la pintura y todo perfecta... todo perfecto, menos el asiento y el respaldo que estaban totalmente rotos.  Así que compré una cuerda de... no recuerdo el material!  y me puse a trenzar y trenzar el asiento y el respaldo. Poco a poco y con paciencia... hasta cubrir todo lo necesario. Ya pondré las fotos de ambas manualidades terminadas.

Y ya en el apartado de regalos (que es otro filón de tesoros), un bidón de más de 200 litros que estaba bastante roñoso (no me acordé de sacar foto del antes!), que después de limpiarlo bien y pintarlo de color negro, ha ido a la fachada exterior con un arbusto (una adelfa que espero sobreviva en esa ubicación).


Después de tanto trabajar, hay que tomarse un descanso y tomarse un vinito con un pintxo. Pintxo al estilo navarro: 
 y eso que pedimos un pintxo "pequeño"... si llegamos a pedirlo grande, nos traen una barra de pan con un kilo de txistorra!

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