Nuestra casa traía ya puesta esa puerta de entrada, que no me gustaba nada, pero que como estábamos metidos en pleno follón de gasto, había que hacer economías.
Ademásde no ser bonita de ser fea de narices, como es de chapa metálica nos daba continuos problemas a la hora de abrirla y demás. Sobre todo en verano, cuando le daba el sol toda la tarde, se dilataba y empezaban las dificultades para abrirla. Además, al ser totalmente ciega (aunque llevaba esos dos laterales de pavés), dejaba pasar poca luz y no era hermética contra frío, calor y polvo de la calle. Para ventilar había que dejarla abierta de par en par (varias veces se había metido el gato del vecino a husmear por toda la casa...) ya que no tenía otra posibilidad.
Todos estos problemas en conjunto me empujaban a cambiarla, pero como ya he dicho lo hemos ido dejando. Y al no ser una cosa imprescindible, se quedó en la lista de "futuros".
Además
Todos estos problemas en conjunto me empujaban a cambiarla, pero como ya he dicho lo hemos ido dejando. Y al no ser una cosa imprescindible, se quedó en la lista de "futuros".
Pero el futuro de la puerta ya llegó. Hicimos un diseño (mi arquitecta, ¿quién si no?) y un bonito plano con todas sus medidas para que el carpintero me la realizase a medida del hueco y a gusto del consumidor.
Ya que cambiábamos, la pusimos un poco más adentro, para que quedara más resguardada. Ahí aún no tenía el cristal puesto. Y mientras estaba el carpintero, César, trabajando, yo me quedé castigada dentro de casa, porque para salir había que hacer salto de valla, y no estoy yo para estos excesos...
Una vez colocado el cristal y la puertecilla lateral, así es como queda, vista desde el exterior y desde el interior.
La puertecilla lateral tiene la función de ventilar y se puede dejar abierta incluso cuando nos vamos de casa, porque queda muy estrecha y por ella no se puede acceder. Incluso si alguien metiera la mano (o el brazo) no alcanza a la manilla de apertura, y en el hipotético caso de que alcanzara, no hay más que dejar la llave pasada, y no hay ningún peligro de que pase nadie al interior.
Cuando estuvo totalmente ajustada y terminada, vino el albañil a suprimir los pavés anteriores y rematar bien todo. Tuvo que poner el peldaño de acceso nuevo y los remates laterales. Un día y medio de trabajo en total, y ya tenemos nuevo acceso a nuestra casa.
Ahora falta rematar la pintura (eso me toca a mí), y ¡habremos superado otro nivel!
No hay comentarios:
Publicar un comentario